Puerto Plata.- Hace poco tiempo escribí un articulo donde le daba gracias a Dios porque a los amantes del deporte nos ha tocado vivir grandes hazañas de hombres y mujeres que serán inolvidables. Uno de ellos, incluso señalado de primero fue Usain Bolt.
Este pasado fin de semana precisamente Bolt protagonizo otra asombrosa hazaña en Berlín cuando batió su propio record, ya que esta vez lo hizo en 9.58, 11 centésimas menos que hace un año en los Juegos de Pekín. Algo que jamás se hubiese pensado ocurriría.
Les confieso que no encuentro que decir o como calificar lo de Bolt. Es por ello que prefiero dejarles con este párrafo de Orfeo Suarez con el que me identifico totalmente.
Es atrevido decir que el XXI es el suyo, cuando éste no ha hecho más que empezar, pero si continúa su progresión resulta impredecible qué puede ocurrir. Nadie está en condiciones de hacerlo, porque cada nueva aparición del jamaicano es una revelación. Hace 18 años que Carl Lewis bajó de los 9.90 (9.86), en Tokio, y 10 que Maurice Greene acabó con los 9.80. En sólo uno, Bolt ha dado un salto proporcional a dos décadas, al romper los 9.70 con sus 9.69 de Pekín y los 9.60 con este nuevo récord de Berlín, doblemente en la historia, en lo malo y en lo bueno.
Por German Baez
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